Un boletín especial del Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh) señala que la tarde y noche del lunes y la madrugada del martes la actividad volcánica fue mayor.
Añade que el coloso mantiene explosiones fuertes y expulsa columnas de ceniza gris a unos cuatro mil 500 metros sobre el nivel del mar, que luego se desplaza a 12 kilómetros en varias direcciones, principalmente al oeste, suroeste y noroeste de esa cima.
El reporte añade que están acompañadas de retumbos moderados y fuertes que generan ondas de choque, sensibles a más de 15 kilómetros y que hacen vibrar techos y ventanas de casas.
Las comunidades más afectadas son Ceylán, Rochela, Guadalupe El Zapote y Panimaché, Escuintla; Santa Sofía, Sangre de Cristo, Morelia, y la cabecera de San Pedro Yepocapa, Chimaltenango, y las comunidades La Eminencia y El Porvenir, Sacatepéquez.
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Testimonios
Carlos Telles, vecino de la aldea El Rodeo, Escuintla, señaló que los retumbos se escuchan cada media hora y que tienen una duración de hasta dos minutos. Además, hay movimientos telúricos.
“Las casas tiemblan y tenemos miedo de que si esta actividad volcánica continúa puedan ocurrir daños en algunas viviendas”, añadió Telles.
Carmen Godoy, otra pobladora, confirmó que el coloso ha lanzado lava y ceniza en la comunidad Ceylán, así como en otras localidades, lo cual pone en peligro a la población.
Godoy comentó que les preocupa que la actividad se incremente, puesto que con una erupción fuerte mucha gente correría peligro, debido a que los techos de las casas son de lámina y no soportarían las piedras que lanza el coloso.
Rosa Chacón, encargada de la base de radio de la Conred, en la comunidad La Reina, señaló que en caso de emergencia cuentan con rutas de evacuación señalizadas y que la población ya conoce cuál es el procedimiento a seguir si fuera necesaria una evacuación.
La mayoría de comunidades que están en más riesgo por una erupción deben pasar por tres y cuatro ríos para salir a las rutas de evacuación.
Byron López, de la comunidad Guadalupe El Zapote, manifestó que en los últimos tres años ha cambiado el patrón eruptivo del coloso, pues ahora la actividad es más fuerte y eso atemoriza a la población.
“Años atrás la actividad había sido solo el lanzamiento de fumarolas, pero ahora los retumbos y lanzamiento de ceniza nos atemorizan”, afirmó Dalila Gómez, de la aldea Trinidad.
La vecina Flor Dávila indicó que en su casa mantiene una bolsa con ropa y algunos alimentos, así como una linterna, para estar preparados en caso de que se dé una evacuación.
Están preparados
César Suárez, delegado de la Conred en Escuintla, comentó que ayer se hizo un recorrido por las comunidades más cercanas al coloso para saber la condición de las personas.
Refirió que por el momento la actividad está dentro de lo normal, pero si fuera necesario, la población y las autoridades están listas para evacuar a las personas.
Coloso activo
Según el Insivumeh, el Volcán de Fuego es unos de los colosos más activos de Guatemala.
En su página de internet, el Instituto registra que este volcán ha tenido más de 60 erupciones desde 1524.
Las explosiones más violentas de este siglo ocurrieron en 1932, 1971 y 1974; y las más recientes, el 21 de mayo de 1999 y septiembre del 2012, respectivamente.
20 mil son las personas que viven en las faltas del coloso.