La caravana incluye una estancia el Día de Muertos en San Fernando, una municipalidad del estado norteño de Tamaulipas que en agosto del 2010 fue escenario del asesinato de 72 migrantes a manos presuntamente del cartel de las drogas de Los Zetas.

La masacre de los 72, casi en su totalidad de Centro y Sudamérica, resaltó los peligros que deben enfrentar los migrantes y desde entonces se han conocido varios secuestros más a manos del narcotráfico, algunos con la complicidad de autoridades.

Marta Sánchez, del Movimiento Migrante Mesoamericano, dijo que los familiares presumen que sus migrantes desaparecieron en México debido a que el último contacto lo tuvieron desde algún punto del país.

Refirió que el movimiento ha acompañado a familias centroamericanos en caravanas anuales desde el 2006 a las que han apoyado en la logística y planeación, aunque algunas madres les han referido que iniciaron viajes a México en 2000 siempre con la misma intención de buscar a parientes de quienes perdieron contacto.

Sánchez dijo que el año pasado fueron localizados dos migrantes durante la caravana.

Familiares han dicho al Movimiento Migrante Mesoamericano que como resultado de las caravanas han logrado encontrar a 57 personas en la última década.

“El objetivo de las caravanas también es lograr la solidaridad del pueblo mexicano”, dijo Sánchez.

Los familiares tienen previsto en su recorrido acudir a hospitales, reclusorios y albergues en espera de encontrar algún rastro de sus migrantes.

Miles de migrantes, en particular de América Central, utilizan cada año el territorio mexicano para intentar alcanzar Estados Unidos, aunque el Instituto Nacional de Migración, una agencia federal del gobierno mexicano, señaló hace unos días que el flujo cayó un 70%, al pasar de 433 mil retenidos en el año 2005 a 140.000 en 2010.

Algunos expertos han rebatido la afirmación y han dicho que la caída en las detenciones es diferente al flujo.

El gobierno ha emprendido en los últimos años modificaciones legales como la despenalización de la migración sin documentos y la obligatoriedad de respetar sus derechos humanos, sin embargo las propias autoridades han reconocido que los migrantes enfrentan riesgos crecientes como la trata, extorsión y el secuestro debido a una mayor intervención de grupos del crimen organizado en el fenómeno migratorio.

En el último reporte sobre el tema divulgado hace unos meses, la Comisión Nacional de Derechos Humanos informó que había documentado el secuestro de al menos 11 mil 333 migrantes entre abril y septiembre de 2010, casi la mitad de los cuales fueron hondureños.

Hasta el momento, sin embargo, no hay cifras oficiales sobre el número de migrantes desaparecidos en territorio nacional.

La caravana de familias recorrerá la llamada ruta del Golfo de México, considerada como una de las más peligrosas para los migrantes, hasta Tamaulipas y de ahí volverán por el centro del país hacia el estado fronterizo sureño de Chiapas