Los inmigrantes de ese primer grupo eran 52 guatemaltecos, 18 hondureños y 10 salvadoreños, entre los que viajaban 6 menores, cuya nacionalidad no fue facilitada por la SSP.

En la operación fue detenido un sujeto de 32 años, identificado como Carlos Arrieta Gómez.

Por otra parte, en el norteño estado de Sonora, 21 indocumentados guatemaltecos fueron interceptados cuando viajaban en un autobús el pasado 28 de agosto. Entre ellos había un menor.

Dos días más tarde, en el central estado de Hidalgo, la Policía Federal encontró a 79 inmigrantes sin papeles a la altura del municipio de Tepeapulco, entre quienes había 3 menores.

Acerca de estos últimos, la Policía presume que eran de Nicaragua, El Salvador, Honduras y Guatemala, algo que aún no ha sido plenamente establecido y que deberá comprobar el Instituto Nacional de Migración (INM).

Todos los indocumentados quedaron a disposición de ese organismo, que se encargará de las posibles repatriaciones a los países de origen de los inmigrantes.

El anuncio de estas operaciones sucede después de que el pasado 24 de agosto fueran hallados 72 inmigrantes masacrados en un rancho de San Fernando, en el estado de Tamaulipas, supuestamente asesinados por sicarios de la organización criminal de Los Zetas.

Las víctimas procedían de cinco países: Brasil, Ecuador, El Salvador, Guatemala y Honduras.

Hasta el momento, sólo doce de Honduras que fueron entregados a sus familiares han sido plenamente identificados. Ayer, once cadáveres salvadoreños fueron repatriados a su país.

También el presidente de El Salvador, Mauricio Funes, de visita oficial en Los Ángeles (EE.UU.), anunció la existencia de un tercer superviviente, de nacionalidad salvadoreña, de la masacre perpetrada en San Fernando, un asunto sobre el cual el Gobierno de México aún no ha ofrecido información oficial.

Ante de éste se acreditó la existencia de otros dos sobrevivientes, uno ecuatoriano y un hondureño.