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David Villa busca llegar al Maracaná por el Manzanares

Diez minutos an tes de que España fuera a enfrentarse a Italia en la semifinal de la Confederaciones, Miguel Ángel Gil llamó a Víctor Oñate,  representante de David Villa. Lo hacía para trasladarle formalmente la oferta del Atlético de Madrid al jugador.

david villa celebra el primer gol del Atlético, de Madrid, en el encuentro contra el Almería, disputado ayer.

david villa celebra el primer gol del Atlético, de Madrid, en el encuentro contra el Almería, disputado ayer.

Desde  enero, el dirigente rojiblanco  había estado coqueteando con  el Barcelona, club que no quiso  traspasar al asturiano en in vierno al Arsenal. Sin embargo,  en Camp Barsa sabían que a  medio plazo tendrían un pro blema con Villa: su salario. Más  aún tras el fichaje de Neymar. A  finales de junio, la insistencia  de Miguel Ángel Gil tendría  premio. El Barcelona aceptaba  su traspaso.

Los 5.1 millones de euros a pagar en  tres años iban a tener categoría  de ganga en el mercado fut bolístico y solo le faltaba el “sí”  del Guaje para concretar la ope ración. En la llamada del 27 de  junio, lo primero que le dijo  Miguel Ángel Gil a Víctor Oña te fue que le aseguraba man tener a Villa su salario —¤10  millones—. A partir de ahí, sin  perder más tiempo, le habló de  un proyecto deportivo en el que  la figura del Guaje recobraría el  protagonismo perdido en las  dos últimas temporadas en el  Barcelona.

La llamada, si cabe, no podía  producirse en un contexto más  apropiado para los intereses del  Atlético. El Guaje estaba en  Brasil concentrado con La Roja,  aunque su rol distaba de ser el  del 7 de España —ahora ya no  es titular— y el tren hacia el  Mundial del  2014 de la mejor  selección de la historia no es pera ni a los que han hecho de  ella un equipo de leyenda. Da vid Villa se perdió la Eurocopa  del 2012 por lesión y en su foro  interno veía peligrar la cita en  Brasil si sus circunstancias no  cambian.

Miguel Ángel Gil, conscien te de ese amor del Guaje por La  Roja, jugó con ello. No podía  prometerle lo que solo el Cholo  Simeone decide en el Atlético  —la titularidad—, pero sí le  habló de la apuesta rojiblanca  por hacerse con sus servicios  para que fuera el delantero re ferente tras la salida de Falcao.  Una llamada del técnico ar gentino al propio David Villa  terminó por convencerle. El  Guaje haría las maletas rumbo  al Vicente Calderón, donde a  orillas del Manzanares soñará  con levantar la Copa del Mun do en el  Maracaná.

David Villa  pese a ser la  ganga del verano, pasa por ser  junto con Fernando Torres el  futbolista español por el que  más dinero se ha pagado en  concepto de traspasos durante  su carrera. El Real Zaragoza  abonó ¤2.5 millones al Sporting  de Gijón en el 2003; el Valencia  se hizo con sus servicios en el  2005 por 12 millones de euros; el Bar celona desembolsó ¤40 millo nes; y, ahora, el Atlético abo nará 5.1 millones. 59.6 millones se han movido entre clu bes españoles en los últimos 10  años para hacerse con los ser vicios de un futbolista ho nesto con su profesión  y  go leador.
En Primera División ha  marcado, hasta su fichaje por  el Atlético de Madrid, 173 go les en 320 partidos —31 con el  Real Zaragoza, 107 con el Va lencia, 33 con el Barcelona y 2  con el Atlético—. Si se cuenta  desde sus inicios en el filial  del Sporting  Villa ha celebrado 272 goles como pro fesional. A ellos hay que su mar los 56 con la Selección  Española.
 
Raíces mineras
El apodo del  Guaje  le viene  por Chus Bravo. El que fuera su  compañero en el Sporting B le  empezó a llamar así en los  entrenamientos porque era el  más pequeño de todos ellos y  eso le acompañará de por vida.  A  él le gusta que le llamen así,  porque en bable significa niño y  en las zonas mineras se re conoce también con tal nombre  al ayudante del minero, un tras fondo cultural y social que le  recuerda sus orígenes. Nieto e  hijo de mineros, David siempre  ha valorado lo que tiene y lo  que significa ser futbolista pre cisamente porque ha vivido y  sufrido en casa los ecos de una  profesión como la de los mi neros.

En la vida de David Villa la  figura paterna tiene una re levancia mayúscula. Mel Villa  es al  Guaje lo que el gol para un  delantero. Un incendio de ma drugada en la mina en la que  trabajaba su padre pudo cam biar su destino, aunque cuando  David se despertó para ir al  colegio y se enteró de la noticia,  Mel ya había conseguido salir  de los túneles. De no ser por su  progenitor, el propio Villa re conoce que posiblemente hu biera tirado la toalla mucho  antes de imaginar que se iba a  dedicar al futbol. Siempre que  se le pregunta por su infancia,  recuerda aquellas tardes de in vierno por los campos astu rianos en las que el frío y la  lluvia se adueñaban de su en deble cuerpo y solo la pre sencia y las palabras de su pa dre le motivaban para volver al  día siguiente. Ellas y la espera  de Mel con la calefacción del  coche puesta para que su hijo  entrara en calor.
Años antes, cuando David  solo tenía 4 años, el destino  también estuvo a punto de pri varle de jugar al futbol. Sufrió  una fractura de fémur en la  pierna derecha y los médicos  avisaron a sus padres que el  pequeño de la casa podría que darse cojo. Pasó meses con la  pierna completamente escayo lada y sin apenas poder salir de  la habitación. Pero ya entonces  la pelota era su juguete pre ferido y pasaba las tardes apo yado en la pared dándole pa tadas con la pierna que sí podía  mover. Como se suele decir, no  hay mal que por bien no venga  y no solo se recuperó sin se cuelas, sino que, además,  desde  entonces le viene su condición  de ambidiestro.
 
Directo al Atlético
El 8 de julio del  2013 se  anunció su fichaje por el Atlé tico de Madrid. Se convierte  así el conjunto colchonero en  el sexto club de su carrera.  Todo comenzó en el Langreo,  donde recaló con nueve años  tras ser rechazado por el Real  Oviedo. Allí pasó su infancia y  adolescencia hasta que la es cuela de Mareo le abrió sus  puertas a los 17 años y Acebal  fue el técnico que le hizo de butar con el primer equipo con  solo 19 años. Villa acostumbra  a echar raíces allí donde ha  marcado goles y por su ca rácter es querido allá donde ha  jugado, aunque si de algo pre sume, además de su familia, de  ser español y asturiano,  es de  ser del Sporting. Lo es porque  entiende que en El Molinón le  hicieron futbolista y porque en  sus filas militó su antaño re ferente, hoy amigo e ídolo: Je sús Castro González, Quini.

A Villa lo de jugar en El  Molinón con otra camiseta que  no fuera la rojiblanca nunca le  ha gustado. Siente que es como  entrar a robar en su propia  casa. Una tarde de concen tración de la Selección durante  la Eurocopa del  2008 observó  en directo el partido del as censo del Sporting y al año  siguiente, cuando visitó el es tadio con el Valencia, fueron  tales los homenajes recibidos  que no dio pie con bola en  aquel encuentro. De hecho,  uno de los días más felices de  los últimos años fue cuando la  Selección disputó un partido  en El Molinón: “Vuelvo a jugar  de local”, dijo.

Su salida al Real Zaragoza,  además, permitió a sus anti guos compañeros percibir sus  salarios. Corrían malos tiem pos en el  2003 para las arcas  del club asturiano y los 2.5  millones de euros que salieron de La  Romareda sirvieron para pagar  las nóminas. Fue con el Real  Zaragoza con el que debutó en  Primera División —contra el  Deportivo—, con el que llegó a  la Selección Española —se es trenó contra el San Marino— y  con el club con el que levantó  sus primeros dos títulos: la  Copa del Rey  y la Supercopa de  España.
El palmarés de David Villa  es envidiable. Dos Ligas, dos  Copas del Rey, una Supercopa  de España, una Champions,  una Supercopa de Europa, un  Mundial de Clubes, una Eu rocopa de Selecciones y una  Copa del Mundo.  

El Guaje recaló en Mestalla  en el verano del 2005. Con  Quique Sánchez Flores en el  banquillo y siendo una apuesta  del entonces director depor tivo Javier Subirats. El Valencia  abonó lo de la cláusula de  rescisión: 12 millones de euros, en una  operación en la que el club che  se adelantó al Barcelona, cuyos  técnicos ya entonces le se guían de cerca.

Con el Valencia rozó en dos  ocasiones el Trofeo Pichichi.  En su primera temporada  ano tó 25 goles, quedándose a solo  uno de Samuel Eto’o —Bar celona—. En su cuarta y última  campaña, Villa se destapó con  su mejor registro en Primera  División: 28 goles. Pese a que  en la tabla de la Liga fue su perado por Diego Forlán y Sa muel Eto’o, sus 28 goles le  valieron entrar en el libro de  oro del Valencia: Villa igualaba  la mejor cifra de un goleador  che en Primera División. Solo  Kempes y Mijatovic lo habían  conseguido sumar en una mis ma temporada. Además, con  sus 107 goles  pasa por ser el  quinto máximo goleador de la  entidad, tras Mundo, Waldo,  Kempes y Fernando.

Sus andanzas por el área de  Mestalla le hicieron ser nom bre propio del mercado de fi chajes durante tres tempora das consecutivas, hasta que los  azulgrana se llevaron el gato al  agua en el 2010, previo pago de  40 millones de euros. David Villa a las  puertas de ser Campeón del  Mundo y el Valencia clasifi cado para la Champions, el  delantero asturiano fue pre sentado en loor de multitudes  en el Camp Nou.

El mismo día de su pre sentación, Pep Guardiola lo  llamó a su despacho. Con el  subidón de miles de personas  aclamando su llegada al Bar celona, el técnico le bajó a la  tierra. Le puso un video con  imágenes de acciones en las  que Villa hacía aspavientos a  sus compañeros por un mal  pase y de jugadas en las que no  presionaba como debiera.  “Esas cosas aquí no”, le dijo  Guardiola. El Guaje ha con fesado en multitud de ocasio nes que en el Barcelona ha  aprendido, entre otras cosas, a  defender más y sacrificarse de  manera diferente a lo que hacía  antes por el bien del colectivo.  Abandonó su posición de de lantero referencia para caer  más hacia la banda izquierda y  dejar el pasillo libre para  Leo  Messi.

De la relación entre el argentino y el asturiano mucho  se ha hablado y escrito en sus  tres años por el Barcelona.  Principalmente a partir de la  segunda temporada. Nunca el  Guaje ha tenido una mala pa labra hacia su compañero. Ni  tan siquiera a raíz de una  bronca mayúscula y pública  entre ambos en un partido  contra el Glasgow Rangers. Al  contrario, siempre ha reco nocido Villa en sus declara ciones el rol de Messi. Pero lo  cierto es que el Guaje en el  Barsa nunca tuvo el recono cimiento que sintió en sus  anteriores equipos, en los que  nadie ponía en duda su con dición de estrella, y que po siblemente tenga en el Atlé tico de Madrid. No obstante,  Villa siempre tuvo el apoyo de  uno de los núcleos duros del  vestuario culé, principalmen te el de Xavi y Puyol.

David Villa emigró de Va lencia a Barcelona en busca  de palmarés y se marcha ha biendo ganado todo lo que  un futbolista puede ganar a  nivel de clubes. Fue en el  primero de sus tres años  en el que más rindió y se  divirtió. Anotó 23 goles en  52 partidos —48 como ti tular— y fue el autor de  uno de los tantos de la final  de Wembley contra  el  Mánchester United. Su ci clo en el Barsa se vio trun cado en diciembre del 2011  en un partido contra el Al  Saad, en el Mundial de  Clubes. El Guaje se rompió  tibia y peroné y estuvo  ocho meses fuera.
 
A la vuelta de las va caciones, tras vivir desde  la grada la goleada de Es paña a Italia en la final de  la Eurocopa, el Guaje em pezó a trabajar como uno  más a las órdenes de Tito  Vilanova. Pero su tempo rada, a nivel particular,  distó de ser la esperada.  Pese a sus 16 goles en 43  partidos, Villa había per dido el rol de titular en el  Barcelona. También en la  Selección. A sus 31 años, y  con un Mundial en el ho rizonte, entendió que era  momento de cambiar de  aires. Miguel Ángel Gil  supo moverse para hacia   el Vicente Calderón.

El Atlético también ha  fichado a un ícono pu blicitario. Villa es imagen  de Adidas, Mahou, Giorgi,  McDonald’s y Nestlé, en tre otras. Pero, sobre todo,  es un goleador contras tado y nadie le supera con  La Roja. Superó a Raúl  González y sus 56 goles en  90 partidos marcan hoy el  techo de un delantero es pañol con la Selección. Y  quiere más. Es también el  jugador español que más  goles ha marcado en fases  finales de mundiales:  ocho. Sus cinco goles en el  Mundial del 2010 le va lieron para ser Bota de  Plata del torneo y galar donado con el Balón de  Bronce del campeonato.

El Guaje tiene ahora la  difícil tarea de hacer ol vidar a Falcao. Pero las 20 mil personas que le arro paron en su presentación y  su golazo ante Las Palmas,  en su primer amistoso, son  un buen presagio. En cua tro encuentros ya ha mar cado en dos ocasiones.  Llega David Villa al Atlé tico para ser su referente  en la vuelta rojiblanca a la  Champions y siendo cons ciente que a Maracaná se  va por el Manzanares.