El acceso a la energía y su relación con el desarrollo sostenible de los países Latinoamericanos

Latinoamérica y el Caribe necesitan consumir más energía para tener acceso a un desarrollo sostenible y para afrentar las variaciones del clima, según evidencian indicadores de un estudio.

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El estudio presentado por ICC Guatemala compara el acceso de energía en países y regiones desarrolladas (G20), los cuales lideran el consumo de energía de fuentes fósiles en un 80%, con los países de América Latina y el Caribe que presentan un menor consumo, congruente con el bajo Producto Interno Bruto (PIB) de la región.

“La economía de un territorio o de cualquier país está relacionada directamente con su consumo de energía, ya que es la base para el desarrollo de actividades comerciales, de servicios y producción industrial”, se indica.

Desde 2022, el consumo de energía primaria es liderado por la región de Asia Pacífico (46.0%), seguido por Norte América (18.2%) y Europa (13.2%). Latinoamérica tiene una participación reducida del 2.2% al excluir a Brasil, México y Argentina por ser parte del G20. Los países con consumos de energía por debajo del promedio tienen PIB por debajo de la media, como es el caso de Guatemala.

En función de esta repartición desigualitaria, la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático reconoce que, tanto históricamente como en la actualidad, la mayor parte de las emisiones de gases de efecto invernadero del mundo han tenido su origen en los países desarrollados. Por el contrario, las emisiones per cápita en los países en vías de desarrollo son todavía relativamente reducidas y la proporción del total de las emisiones originadas en los países en desarrollo aumentará para permitirles satisfacer sus necesidades sociales y de desarrollo, se resalta en el estudio.

Emisiones y consumo energético de diversas fuentes

A nivel global, el 82% de la energía primaria es obtenida de combustibles fósiles, 14% de fuentes renovables y 4% de fuentes nucleares, con variaciones en cada región. Los países y regiones que conforman el G20 solo consumen 14.7% de energía de fuentes renovables, en comparación con países latinoamericanos (exceptuando los del G20) cuyo consumo de energía primaria renovable es del 27.0%.

Como consecuencia, las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) son originadas principalmente en regiones desarrolladas, lideradas por Asia-Pacífico con un 28.2%, seguidas por Norteamérica con 23.3% y Europa con 17.5%. Guatemala se encuentra entre los 100 países que generan menos emisiones de GEI, haciendo en conjunto un total del 4%.

Sin embargo, las tres grandes fuentes de energía en el país son leña (53.6%), energía eléctrica (8.1%) y energía térmica proveniente de fuentes fósiles (38.4%).

Durante el 78.º Período de Sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el presidente de Guatemala Alejandro Giammattei señaló: “Nuestros recursos se agotan y debemos endeudarnos para lograr la reconstrucción de los países que al año siguiente vuelve a dañarse, esto nos lleva a conseguir préstamos de fuentes internacionales que muy felizmente los otorgan y viven de la usureria internacional”.

Para reducir en 2030 un 40% la dependencia de leña como fuente de energía en el país, se requiere triplicar la generación, transporte, distribución y consumo de energía eléctrica y casi duplicar el consumo de combustibles fósiles.

Asegurar el futuro económico

“Los combustibles fósiles representan aún más del 80% de las fuentes energéticas a nivel mundial. La adopción de medidas y/o compromisos para su reducción o eliminación debe corresponder exclusivamente a los países desarrollados”, resalta el estudio.

De 2017 a agosto del presente año, la electricidad en Guatemala se generó en 65% con fuentes renovables, 27% de fuentes no renovables y 8% por importación. Incentivar el desarrollo de nuevas centrales de generación de energía eléctrica con fuentes renovables, sin penalizar o eliminar las centrales que utilizan fuentes fósiles, es vital para erradicar la pobreza y mejorar el indicador de calidad de vida de en el país.

Acceda al estudio completo aquí.