Efraín Ixlá Castillo, ladrillero, dijo que lleva 40 años en este oficio y para hacer unas 200 tejas tiene que trabajar de 4 a 17 horas, por lo que recibe un pago de Q90 al día.
“Para una persona con varios hijos, este no es un buen salario, pero debido a la necesidad se tiene que hacer, en estos 40 años que me he dedicado a esto, los precios no han subido, pero la canasta básica sí”, manifestó Ixlá.
Agregó que, a pesar de la distinción, las autoridades deberían de hacer algo más que el reconocimiento, ya que de momento eso no ayuda mucho.
“Ojalá me esté adelantando, quizsá vengan cosas mejores y sí es así, pues qué bueno por todos nosotros”, refirió Ixlá.
Enrique Sánchez, otro ladrillero quien por 45 años ha elaborado los productos, expresó: “Me recuerdo que cuando era pequeño tenía que dejar hechos por lo menos 75 ladrillos antes de ir a estudiar y lo que mi papá me pagaba era bien poco. Ahora, sigue siendo poco lo que se gana y más porque tenemos que comprar la materia prima”.
Sánchez dijo: “Los productos se van para Antigua Guatemala, Quetzaltenango, Costa Sur y departamentos. Los mayores nos dedicamos todavía a esto, porque los jóvenes no quieren ganar Q130 por cada millar de ladrillo hecho. Este trabajo no da para sobrevivir, es solo para medio irla pasando”.