Refirió que de esa forma los padres aprenden a usar los instrumentos del laboratorio y pueden ayudar a sus hijos con los conocimientos que se les dan, para hacer productos similares a este.
Durante tres horas, los participantes trabajaron en el laboratorio, apoyados por los maestros para preparar las mezclas necesarias para el producto. Una empresa comercial donó la materia prima.
Semilla de negocio
Román mencionó que, además de enseñarle a los jóvenes a hacer estos productos, se les capacita en algunas estrategias que les permita venderlos, a fin de que les ayude a la economía familiar.
José Enrique Choc Xicay, padre de familia, comentó: “Fue interesante aprender lo que hacen nuestros hijos, y cómo podemos sacar provecho de lo que se aprende. Mi hija ya ha hecho desinfectante de manos y lo utilizamos en casa, pero estamos pensando en hacerlo en vacaciones, para agenciarnos de recursos económicos extras”.
Elsa Guzmán, madre de familia, dijo que sus hijos solo le comentaban sobre lo que hacían en el laboratorio del instituto, y que fue bueno conocerlo y aprender cómo se prepara el desinfectante y otros productos.
“Hablaremos en familia para ver si nos dedicamos a hacer estos productos, ya que hay una empresa que facilita todo lo necesario para formar una pequeña empresa familiar”, dijo Guzmán.
Roberto Barrera Rodríguez, representante de la empresa, expresó: “Realizamos este tipo de actividades como función social, para ayudar a las personas a que emprendan su propio negocio”.
Clases técnicas
El Ilma tiene 53 años de funcionamiento.
Los jóvenes reciben clases sobre alimentos, artesanías, corte y confección, metales, carpintería, electricidad, dibujo técnico, comercio y servicios, y contabilidad.