Las imágenes de San José y la Virgen María son son de tamaño natural y datan del siglo XVII, por lo que son de gran veneración entre los feligreses, informó el párroco de Santiago, Hugo David López, sacerdote benedictino.
Al llegar a la parroquia se celebró la Santa Misa en accion de gracias por todas las bendiciones recibidas y se exaltó la necesidad de vivir una Navidad en familia, lejos de las costumbre consumistas y el materialismo, para poder recibir a Jesús en el corazón.
Tradición
Las posadas guatemaltecas datan del siglo XVII, cuando el Santo Hermano Pedro de San José de Betancur las promovió como una manera de venerar el misterio de la Natividad del Señor, a la vez que evangelizaba a los habitantes de Santiago de los Caballeros.
En parroquias de todo el país y también en colonias se organizan estos recorridos, que van acompañados de percusión de tortugas, tambores y chinchines, así como alabados a la virgen y al Niño Jesús.
Esta actividad evoca la búsqueda desesperada de alojamiento por parte de los padres del Niño Dios, en Belén, donde nadie les proveyó de refugio, por lo cual Jesús nació en un establo, recostado en un pesebre: un símbolo de la humildad de Dios que se reduce a la condición humana, concluyó López.