Olga Esperanza Hernández, quien perdió a su hermana María Floridalma, refirió que esta estudiaba enfermería en Chiquimula, hacía prácticas en Olopa y esperaba graduarse este año.
“Ella regresaba de cumplir con su práctica cuando ocurrió la tragedia. Es una pérdida irreparable para toda mi familia. Con mis hermanos la ayudábamos a sufragar los gastos de sus estudios, porque queríamos que ella tuviera mejores oportunidades en la vida, pero ese sueño quedó truncado”, lamentó.
María Gricelda Romero, quien perdió a su madrina, Rosario Rodríguez, comentó que ella vendía cosméticos y había viajado a la aldea Laguna de Cayur, Olopa, pero ya no regresó.
Lucrecia Monroy, pobladora, consideró que la Dirección General de Transporte y la Policía Nacional Civil deberían revisar los servicios de transporte, para “garantizar que los pilotos, al menos, tengan licencia profesional para conducir, y con ello reducir los riesgos de accidentes”.
Agregó que también es necesario que inspeccionen el estado de los buses y microbuses.