Felipa de Jesús Amado Herrera, de 25 años, quien llegó temprano a abrir la librería y observó que los candados estaban destruidos, y en el interior todo estaba desordenado, luego vio el boquete en la pared y observó que la joyería fue saqueada por completo.
Filemón Arriaga Villatoro, de 67 años, dueño de la joyería, comentó que había dejado dinero en efectivo, producto de la venta de unas reses, debido a que el negocio de las joyas no iba muy bien.