El féretro de Rivera fue trasladado por su familia al cementerio de la aldea El Sinaca, Sanarate, para darle el último adiós.
Las personas que acompañaron el cortejo fúnebre indicaron que la ola de violencia que afecta al país es inaguantable.
Las autoridades creen que el crimen está relacionado con la problemática de las extorsiones que afectan el servicio de transporte urbano y extraurbano en todo el territorio nacional.
El 4 de agosto de 2014, otro ataque a un bus de la misma empresa dejó gravemente herido al piloto José Catalán Ortiz, 29. Por ese incidente, vecinos de Sanarate capturaron a Hugo Saúl Román, 21.
Según comentaron algunos pilotos, ex compañeros de Rivera, los extorsionistas exigen la cantidad de Q2 mil 500 a la semana, a cambio de no hacerles daño.