Ericka Medrano Rivas, 40, esposa del fallecido, dijo: “No sé cómo le pudo suceder esto a mi esposo si él era una persona muy amable con todo mundo, era una persona que siempre respetó a los demás. Él salió de la casa a las 20 horas y me comentó que se dirigía a la casa del alcalde a pedirle ayuda ya que la hermana cumplía nueve días de fallecida el sábado”.
“La delincuencia en nuestro municipio está insoportable. Me ha dejado sola con mis tres niños de 13, 5 y 3 años, entre ellos una niña especial que no escucha ni habla”, comentó. Rivas. “Tres meses tenía mi esposo que había dejado de trabajar como piloto de tuc-tuc, y se había ido a trabajar a la capital como ayudante de bus de la urbana 101”, agregó.