Larios fue lapidado, ya que en el lugar se localizaron varias piedras con las que se presume le dieron muerte. Se cree, además, que antes fue torturado ya que tenia arrancadas las uñas de ambas manos.
Víctor Benjamín Larios, padre del fallecido, llegó al lugar y reconoció el cadáver de su hijo e indicó que éste laboraba como cocinero en un restaurante de comida rápida en la aldea El Rancho y que la noche del viernes había salido con unos amigos al centro de la aldea Tulumaje.