La acción criminal generó consternación en los fieles católicos, quienes cuentan que la referida imagen tiene leyenda.
Telma Judith Castro Orellana, encargada de abrir el templo, indicó que llegó a las 6 horas y se percató que la imagen no estaba, por lo que avisó al párroco.
Las autoridades eclesiásticas indicaron que la escultura está bañada en oro, y es de valor incalculable, por lo que esperan que las autoridades investiguen y la recuperen.
El padre Édgar del Cid Leiva, de la Comisión de Cultura de la Conferencia Episcopal de Guatemala, comentó que la imagen es parte de la historia de la Iglesia Católica, y que no es posible que gente sin escrúpulos cometa ese tipo de ilícitos.
Otras iglesias del país ya han sido objeto de robo, uno de estos ocurrió en febrero último cuando seis pinturas que del año 1730 al 1760 fueron sustraídas de la iglesia de El Calvario, en Antigua Guatemala, Sacatepéquez.