Recordó que estos sitios aún no se recuperan de los daños que causaron las inundaciones por el huracán Mitch, en 1998, y la tormenta Ágatha, en el 2010, que a muchos dejaron sin casas ni cultivos.
“Hemos visto que las lluvias han sido pocas, pero la cantidad de agua que ha caído es mucha en pocos minutos y el río ha empezado a crecer, e incluso ya se ha desbordado en algunos sitios”, aseguró Gómez.
Agregó que no pueden usar el puente vehicular que pasa sobre el afluente porque el agua se ha llevado los aproches durante los últimos meses.
Los afectados explicaron que han hecho llamados a las autoridades para que lleguen a evaluar los riesgos y se den cuenta de las condiciones y riesgos que corren.
Ariel Aragón, delegado departamental del Fondo Nacional de Desarrollo, informó al Consejo Departamental de Desarrollo sobre el rápido crecimiento del caudal del río.
Causa
Aragón expresó que recientemente hizo un recorrido por la orilla del afluente y descubrió que el gavión que brindaba alguna defensa a la comunidad ha sido seriamente afectado por la deforestación que han causado agricultores para la siembra de melón.
Añadió que luego de la tormenta Ágatha, el Gobierno mandó a construir una borda de aproximadamente un kilómetro de largo por unos 12 metros de alto; sin embargo, esta ha ido desapareciendo.