Guatemala
“En la sangre”: devotos de Jesús de Candelaria cuentan qué los lleva a las procesiones
Entre los devotos de Candelaria camina "Beto el Cucurucho" acompañado de “Otto el Devoto”, una marioneta. Él es uno de los fieles que cuenta su historia de fe hacia el cortejo procesional.
Procesión de Jueves Santo del templo de Candelaria. (Foto Prensa Libre: Gabriel Morales)
Como cada Jueves Santo, miles de devotos se acercaron a las calles del Centro Histórico para presenciar el paso del cortejo procesional de Jesús Nazareno de Candelaria y Virgen de Dolores, que desde las 05.30 horas inició su recorrido.
Bajo los acordes de las marchas fúnebres Una Lágrima y Bodas de Oro las andas de Cristo Rey y la Dolorosa salieron a las calles donde miles de feligreses esperaron su paso y acompañaron su paso cadencioso.
La devoción para muchas personas se trae desde que se nace, así lo explica Marilena García, quien desde hace 50 años es devota a la dolorosa de Candelaria.
“Eso ya lo trae uno en la sangre, porque mi papá era cucurucho. Desde pequeña empecé a cargar, me trajeron mis papás, ahora mis hijos y mis nietos”, comentó García.
Una de las anécdotas que cuenta Marilena es cuando esperaba el nacimiento de uno de sus hijos, en esa oportunidad, no pudo llevar en hombros las andas, pero sí acompañó el cortejo y según sus palabras, su bebé se movió de una manera inusual.
“Corrimos con mi mamá a ver la salida y yo estaba esperando a mi hijo. Entonces cuando empezó a sonar la marcha Una Lágrima, mi hijo se me movió… no sé, un movimiento muy raro, hasta la fecha a mi hijo le gusta cargar”, recuerda con una sonrisa.
De generación en generación
Padres de familia fueron acompañados de sus hijos quienes siguen sus pasos de fe. Para Óscar Alemán, mantener la devoción a los cortejos procesionales es una forma de honrar a su abuelo fallecido y de agradecer a Dios por las bendiciones recibidas.
“Yo ya llevo 26 años de estar cargando a Cristo Rey. Esta tradición viene desde mi abuelo, él me heredó su turno un año que se enfermó y al año lastimosamente falleció y me dejó a mí a cargo de su turno. Ahora me tocó inculcarles a mis hijos, a mis sobrinos”, indicó Óscar mientras abrazaba a su hijo José.
José espera un día tener la oportunidad de llevar en hombros a Jesús de Candelaria y seguir los pasos de su padre. Mientras ese día llega, cuenta cuáles son esas plegarias que reza.
“Pido que cuide a mi papá cuando está trabajando, que le de la salud a mis abuelos, que cure a mi abuela y que nos de un día más para vivir”, anheló.
A lo largo del recorrido procesional, fue evidente observar familias completas vestidos con su túnica y casco morado, la paletina, cinturón, bandas y guantes blancos, esto en el caso de los caballeros. Las damas utilizan principalmente, vestido blanco, guantes y madrileñas del mismo color.
Algunos devotos encontraron una forma distinta de mantener viva la fe y tradición guatemalteca de los cortejos procesionales. “Beto el Cucurucho” camina en los diferentes cortejos procesionales y se acompaña de “Otto el Devoto”, una marioneta vestida igual que los cucuruchos de Jueves Santo.
Beto, comenta que el personaje de Otto nació en la pandemia, con el objetivo de mantener vigentes las expresiones de fe. “El personaje nace en el tiempo de la pandemia, cuando se restringieron las procesiones.
"Nace para darle esa fortaleza a los cucuruchos y motivarlos a que sigan adelante. La finalidad del personaje ahora es transmitir las tradiciones y el sentir de un cucurucho”, compartió Beto.
De acuerdo con el itinerario del cortejo procesional, estará haciendo su ingreso al templo de Candelaria a las 2.30 horas, ya del Viernes Santo. Cuando la procesión del nazareno mercedario ya haya salido de su templo en su histórico recorrido.