En su informe técnico, al que tuvo acceso Prensa Libre, Enrique Godínez y Helbert Rolando de León Samayoa, del departamento de monitoreo y análisis de riesgo de la Dirección de Mitigación de la Conred, refieren que es un peligro vivir en ese sector.
En el documento se establece que el terreno sobre el cual se encuentran las viviendas tiene características que favorecen la inestabilidad, tales como antiguos deslizamientos, acumulación de sedimentos no consolidados y altas pendientes, lo que causa movimientos continuos del suelo.
Añade que con los factores evaluados se concluye que el terreno en el cantón Bella Vista no reúne las condiciones para ser habitable.
Según el texto, en el centro de la comunidad y sus alrededores no se puede realizar ningún tipo de construcción ni ejecutar proyectos de infraestructura, ya que seguirá siendo afectado por la formación de nuevas grietas.
Depósito de cenizas
El informe detalla que la zona es un área de depósito de cenizas volcánicas que al entrar en contacto con el agua reaccionan físicamente, lo cual causa constantes movimientos sísmicos que no beneficia las actividades humanas; además, pasa la falla geológica de Cuilco.
Los expertos recomendaron restringir actividades humanas, ya que la prioridad es conservar la vida de los habitantes.
Traslado
El documento refiere que el área no debe ser utilizada para vivir ni para actividades agrícolas.
Jorge Méndez, delegado de la Conred, afirmó que los daños en la comunidad cada día son mayores y que las personas deben ser trasladadas.
Agregó que harán una nueva evaluación de las viviendas para enviar papelería a la unidad de reconstrucción y se hagan las gestiones para construcción de inmuebles en un terreno que proporcione la comuna u otra entidad.
Esteban Pérez Santos, uno de los vecinos afectados, narró que aunque es un peligro utilizar sus casas y terrenos, él no tiene alternativa, ya que de la cosecha que obtiene genera el sustento para su familia y para el pago de un alquiler de una vivienda en otra aldea en donde duerme.
“No podemos hacer nada porque es un desastre natural, la tierra se hunde y se abren grietas todos los días. Necesitamos que el Gobierno nos ayude porque somos de escasos recursos”, dijo.
Juan Pérez, otro de los afectados, aseguró que están preocupados porque ya existe un dictamen que los obliga a abandonar sus terrenos, pero no tienen otro lugar a dónde ir.
Añadió que han buscado ayuda en la Municipalidad y oenegés, pero es poco lo que han logrado.
Explicó que les ofrecieron trasladarlos a otro lugar y construirles una vivienda, y para ello cumplieron con preparar un expediente que se entregó a la comuna y al Ministerio de Comunicaciones, pero no han tenido respuesta.
Retraso político
El alcalde Rafael Hernández dijo que el retraso de la ayuda se debe a cuestiones políticas, a pesar de que existen compromisos adquiridos.
Agregó que afectados, iglesias evangélicas y oenegés adquirieron los terrenos y se prepararon los expedientes para el Fondo para la Vivienda, pero no ha habido respuesta.
“Nosotros lo que pedimos es que el Gobierno cumpla con el apoyo que se le ofreció a esta gente, ya sea con vivienda o materiales para construcción, porque los daños son evidentes”, enfatizó.
El gobernador Antonio López Rojas indicó que el Ejecutivo está preocupado por la situación de estas familias, por lo que ya hacen coordinaciones para dar respuesta a los damnificados.