Explicó que el operativo se trabajó en apoyo al MP, que desde hace unos años sigue el caso, pues tenía información de que en Santo Domingo Sinlaj, frontera con México, los Zetas tenían el control y obligaban a los vecinos a trabajar para ellos.
El militar indicó que la situación subió de intensidad el miércoles por la noche, pues tuvieron información de que querían asesinar a las familias y violar a las mujeres por no aceptar incorporarse a ese grupo delictivo, por lo que se montó un operativo de rescate.
Señaló que en principio eran 15 personas rescatadas, pero en el lugar se unieron otras y el número subió a 44.
Ortiz indicó que de los evacuados, 15 fueron vía aérea, principalmente mujeres y niños, quienes están bajo protección militar en la capital. Las otras 29 fueron trasladadas vía terrestre a la Quinta Brigada, donde se les dio alojamiento y alimentación mientras el MP decide las acciones, pues no pueden regresar a su aldea.
Detalló que hay nueve hombres, 13 mujeres —entre ellas una de 90 años—, 20 niños y dos bebés.
Recordó que en esa acción se logró la captura de Daniel Juan Nicolás, presunto líder de los Zetas en ese municipio.
Testimonio
Juan Diego Tomás Mateo, uno de los rescatados, expresó: “Nos querían matar. Teníamos 20 días de estar encerrados en nuestras casas porque hombres armados nos impedían salir”.
Explicó que el martes por la noche los llamaron para decirles que los iban a matar, y por eso todos huyeron.
Tomás relató que el grupo armado se mueve en motocicletas y vehículos de lujo, y tienen armas de asalto.
Añadió que los Zetas capturan a quienes se niegan a participar de sus acciones en otras comunidades, y los matan en esa aldea.
Tomás puntualizó que el 8 de septiembre último, los maleantes sacaron a los hombres de su casa y los golpearon. Luego los subieron en un vehículo y los obligaron a firmar un acta en la que aceptaban, ante el alcalde auxiliar, que formaban parte de los Zetas.
“Yo tuve que firmar, porque pensé en mi familia, ya que me dijeron que si no lo hacía me iban a matar”, relató.
Los afectados perdieron todas sus pertenencias y dijeron que tienen miedo de regresar porque seguramente los matarán, por lo que pidieron ayuda al Gobierno para que les proporcione otro lugar para vivir.