En los Cuchumatanes, la familia Figueroa Chávez, de la aldea Buena Vista, Chiantla, lleva siete años de producir la plantación certificada.
Este año la familia cosechó unos 60 árboles de entre 1.30 metros hasta 1.60 de altura, que venden a un precio que oscila entre Q200 y Q350. Además, con las ramillas elaboran otros productos.
Arcadio Figueroa expresó: “Aprovechamos todo lo que se puede de esta plantación que hemos cultivado, conscientes de que de esta forma, no solo protegemos el bosque natural sino generamos ingresos familiares”.
Sergio Osorio Monjaras, del Inab, señaló que comprar un árbol con marchamo es una alternativa amigable con el ambiente, y contribuye a la protección de los bosques.