“Estamos dando los pasos que ofrecimos en la campaña (electoral). Dijimos que los programas sociales iban a continuar, pero transparentes“, expresó el mandatario en un discurso transmitido por la radio.
“Los programas son para favorecer a la gente que más lo necesita“, dijo Pérez, y explicó que todas las comunidades pobres contarán con un teléfono móvil que dará el Estado para informarles cuándo pueden retirar su bono del sistema bancario.
Las familias recibirán cada mes Q300 que el gobierno les depositará en una cuenta bancaria, y de ese monto, el 50 por ciento debe ser utilizado en salud y el resto en educación.
A cambio de estos recursos, los beneficiarios están obligados a llevar a sus hijos menores de 6 años a controles de crecimiento y desarrollo, vacunarlos, y en el caso de las mujeres, hacer sus controles prenatales.
Según la ministra guatemalteca de Desarrollo Social, Lucy Lainfiesta, el programa llegará a 307 de los 333 municipios que tiene Guatemala y beneficiará a 757 mil 765 familias que viven en la pobreza.
Diez il 438 mujeres de los municipios de San Juan Atitlán y Santiago Chimaltenango (Huehuetenango), así como de Concepción Tutuapa (San Marcos), serán las primeras en recibir el bono, para lo cual el Gobierno invirtió Q3.1 millones, dijo la funcionaria.
Lainfiesta explicó que a todos los beneficiarios se les habilitó una cuenta y recibirán una libreta bancaria donde se les depositará el bono.
El programa de es la herramienta por medio de la cual el Gobierno busca reducir la pobreza de las familias más vulnerables de Guatemala a través de las remesas condicionadas.
El gobierno del presidente Álvaro Colom (2008-2012) fue el que inició estos programas sociales a los que denominó Mi familia progresa y benefició a 872 mil 521 familias.
El pasado fin de semana, Pérez y la vicepresidenta Roxana Baldetti, se pusieron a la cabeza de la actividad Todos tenemos algo que dar y junto a más de seis mil voluntarios, convivieron con familias pobres del área rural.
Al presidente se le observó en los medios de comunicación con leña al hombro, con un hacha partiendo leña y con un azadón labrando la tierra junto a indígenas pobres en una comunidad de Huitán, Quetzaltenango.
Baldetti, por su lado, vendió chipilín (planta alimenticia) , elaboró tortillas de maíz y ayudó a limpiar un terreno en una aldea de Sumpango, Sacatepéquez.
Pérez convivió entre sábado y domingo con un total de 13 familias en Huitán y decidió apadrinar con Q1 mil 500 de su salario como presidente, a tres niños hasta que culminen sus estudios de primaria y secundaria.
La actividad Todos tenemos algo que dar forma parte del pacto Hambre cero con el que el Gobierno pretende reducir durante los cuatro años en un 10 por ciento la desnutrición que afecta a uno de cada dos niños en Guatemala, donde el 52 por ciento de los más de 14 millones de habitantes son pobres.