Aún con vida, el comerciante fue trasladado al Centro de Atención Permanente, donde luego de ser estabilizado fue remitido a un hospital privado de la cabecera, donde murió cuando era ingresado.
Un grupo de pobladores se enardeció al enterarse de lo ocurrido, buscó a Morales Pérez y, al detenerlo, lo entregó a la PNC, por lo que quedó encarcelado.
Minutos después, unos 500 vecinos llegaron a la subestación, destruyeron la carceleta donde se hallaba Pérez y se lo llevaron a la aldea La Loma, donde lo vapulearon hasta matarlo, ayer en la madrugada, y lo colgaron de una de las porterías del campo de futbol.
Armando Chávez relató: “Estaba en el funeral de un vecino cuando pobladores me informaron que en el mercado municipal habían atacado a mi hermano, por lo que viajé hacia este lugar y busqué asistencia médica para salvarle la vida, pero fue infructuoso”.
Érick Villatoro, auxiliar de la Procuraduría de los Derechos Humanos, dijo que los linchamientos se deben a la falta de acción de las autoridades a las que corresponde atender esta problemática.
Antonio López, gobernador, indicó que se ha considerado retomar el comité de seguridad, donde se coordinan las acciones a seguir para actuar en forma preventiva, y no correctiva.