Mateo Eduardo Nolasco se graduó de maestro en el 2013 y durante meses buscó trabajo en ese campo, pero no lo logró, a pesar de haber destacado en matemáticas, lo que le valió para obtener una beca y graduarse en el Instituto de Diversificado de Jacaltenango.
Explicó que también buscó empleo en tiendas y abarroterías, pero fue en vano, por lo que este año decidió buscar suerte en EE. UU. y emigró ilegalmente. Prestó Q21 mil para el viaje, pero a los 20 días de su partida fue deportado.
Ahora, Nolasco se dedica a la agricultura y con ello apoya a su madre, María Nolasco, quien es la que lleva las riendas del hogar, por los problemas de alcoholismo de su padre.
En otros trabajos
Marcos López Sebastián se graduó de maestro hace cinco años y nunca pudo abrirse campo en esa área.
Resaltó que su familia es de escasos recursos, por lo que hizo grandes sacrificios para pagar sus estudios, con el objetivo de que al graduarse y trabajar como maestro ayudaría a la economía familiar; sin embargo, eso no ocurrió y tuvo que dedicarse a actividades agrícolas.
“Al menos con la siembra de maíz obtenemos lo necesario para consumo familiar, y el poco excedente lo vendo para obtener algunos recursos que nos permiten mejorar nuestro entorno”, añadió López.
María Sales, quien obtuvo el título de secretaria con especialidad en computación, contó que está desilusionada porque a todos los lugares a donde ha llegado a pedir trabajo siempre le dicen que le devolverán la llamada, pero han pasado dos años y no ha tenido ninguna respuesta.
Es originaria de Colotenango y llegó a la cabecera de Huehuetenango a buscar mejor suerte, pero no fue así y ahora tuvo que aceptar un trabajo como empleada doméstica. Tuvo la suerte de que sus patronos la adoptaron como una más de la familia.
“Las oportunidades no existen para gente que viene de áreas rurales, ya que lo más complicado es ser indígena, pero uno no puede tener experiencia si nunca le dan una oportunidad”, lamentó.
El alcalde de Huehuetenango, Augusto Gómez, opina que no solo los jóvenes sufren por el desempleo, sino toda la población porque en el corredor de esa comuna a diario hay personas que esperan por una plaza temporal.
Poco empleo
El director departamental de Educación, Bartolo López, aseguró que las alternativas del mercado laboral son escasas y que las oportunidades de llegar a trabajar a una empresa formal son reducidas.
Añadió que por lo general los empleadores contratan a personas con cierto grado de experiencia y no recién graduados.
López resaltó que los más afectados con este problema son los maestros, pues hay pocas plazas disponibles en lo público y privado.
Rosario López Villatoro, delegada del Ministerio de Trabajo, señaló que la dinámica de empleabilidad del país se proyecta principalmente al comercio informal, pues las alternativas para el sector formal dependen de la preparación académica.
Cifras nacionales
Datos del Instituto Nacional de Estadística sobre empleo.
En el país hay cinco millones 342 mil 221 trabajadores, de los cuales el 41 por ciento son jóvenes.
En labores agrícolas trabajan dos millones seis mil 680 personas; de estas, el 4% son jóvenes.
En el comercio trabajan 998 mil 503 personas, o sea 40% de jóvenes; mientras, en la industria hay 771 mil 103 plazas, con un 44% de jóvenes.