Ramazzini expuso que no se debería permitir la intromisión al país, “pues lo único que refleja es la prepotencia de las naciones desarrolladas sobre los países como el nuestro, lo que indigna y molesta”.
El obispo señaló que “en el fondo todo ha sido una revancha política porque en este país hay gente que quizá ha hecho lo mismo o que ha robado mucho más y están tranquilos sin que nadie los acuse, no debemos dejarnos llevar por el chisme político porque eso no ayuda para nada”.
Portillo es acusado en Estados Unidos de conspiración para el lavado de dinero por US$70 millones.
Desde el viernes último está recluido en el Centro Correccional Metropolitano de Nueva York y el martes será llevado ante una corte para conocer la acusación en su contra.