El conflicto se originó cuando la empresa cambió de área de trabajo a una de las empleadas, lo que el sindicato calificó de ilegal porque esta tenía tres años en ese puesto.
Mynor Osorio, empleado de la finca Carolina, afirmó: “Hace tres meses no percibimos ningún salario, debido al bloqueo que mantiene el Sintrabac e impide la salida de los camiones con fruta de exportación y el desarrollo de nuestras labores”.
“Nos dedicamos a la siembra, cultivo, cosecha, manejo y empaque de banano. Llevamos muchos años trabajando para la empresa, y por estas acciones irresponsables estamos a punto de perder nuestro trabajo”, expuso.
El trabajador Rudiberto Ruiz indicó: “Con estas acciones irresponsables están descapitalizando a la empresa y ponen en riesgo la estabilidad laboral de 480 trabajadores ajenos al movimiento del Sintrabac, integrado por 43 compañeros”.
Sin salario
Ruiz afirmó que desde que comenzó el movimiento no perciben salario debido a la pérdida de la cosecha.
El ama de casa Íngrid Arreaga refirió: “Me preocupa el futuro de mis hijos, porque debido a la huelga, en mi casa no hay alimentos, y usted sabe que los niños solo piden y no tenemos nada para darles. Ojalá intervengan las autoridades antes de que nuestros esposos se queden sin trabajo y haya desnutrición”.
La trabajadora Emilia López afirmó: “Es injusto que por culpa de los compañeros nos suspendan la energía eléctrica y el agua, porque no hay dinero para el mantenimiento y combustible de los generadores y las bombas de succión”.
Las pérdidas
El gerente general de FMSA, Manfred Töpke, aseguró que el movimiento sindical ha causado la pérdida de 450 mil racimos de banano, equivalentes a 450 contenedores, con un costo de Q10 millones.
Expresó que el daño es incalculable porque al desatender la plantación se pierde el control de enfermedades que son desastrosas para el cultivo de banano.
“A las pérdidas hay que agregarles los salarios y servicios de los colaboradores directos e indirectos, quienes no han percibido ingresos durante los últimos tres meses, por estar paralizada la producción y operación de la finca”, afirmó.
Töpke explicó que el problema se generó porque hubo necesidad de cambiar de área de trabajo a una colaboradora y desde que comenzó el conflicto todos los intentos de diálogo han fracasado. “No sabemos cuánto tiempo más aguantaremos sin cerrar la finca”, enfatizó.