Este hermoso sitio está rodeado por enormes áreas que son utilizadas para la crianza de ganado y el aprovechamiento ilícito de madera, lo cual lo pone en medio de la crisis ambiental y la frontera agrícola.
“Aquí, el turista nacional o extranjero disfruta de la belleza de la naturaleza, de la frescura y respira aire libre de contaminación. La experiencia más impresionante es caminar por los senderos interpretativos, en medio de la selva y escuchar el ruido del viento entre los árboles”, comentó Azucena Mejía, encargada del lugar.
Lo que ofrece
Durante el recorrido, los visitantes pueden apreciar más de 23 clases de orquídeas, otra gran variedad de flores, animales silvestres, aves residentes y migratorias.
Agregó que hay más de siete kilómetros de senderos. También hay aguas cristalinas del río Carboneras, en las que se puede nadar.
Mejía añadió que el costo de ingreso es de Q50, con habitación incluida, y también hay un área para acampar, en la que se cobra Q10.
“La idea es que la gente se interese en las riquezas naturales que posee nuestro departamento y que haya ingreso al municipio; por ello, la alimentación se la venden los vecinos a precios módicos”, resaltó Mejía.
Óscar Carranza, guardarrecursos contratado por el Consejo Nacional de Áreas Protegidas, comentó que el lugar es especial para excursiones estudiantiles, porque hay espacio para caminar y explorar la selva; además, al final del recorrido puede adentrarse en una gruta.
El vecino Roberto López señaló que haber habilitado el sitio es una oportunidad para ensayar en el comercio, y que esperan que a medida que vaya acreditándose el lugar aumente el número de visitantes.
