Aldana, guardia de seguridad, regresaba de cumplir con una jornada de 48 horas de servicio y decidió descansar un rato para integrarse a las labores de limpieza de campos de cultivo.
Vecinos informaron que los hombres llegaron en tres motocicletas y le preguntaron a López por su hijo y ésta respondió que no estaba, por lo que el maleante le dijo que sí, la empujó e ingresó, mientras el acompañante esperaba afuera de la humilde vivienda y uno más en la calle para alertarlos por si la policía pasaba.