La reclusa María Elena Hernández indicó que la protesta se originó porque las autoridades no cumplieron el acuerdo de trasladar a dos reclusas que gozan de privilegios.
“Estas dos reclusas tienen los privilegios de llamadas telefónicas en todo momento y a la hora que ellas quieran Hay compadrazgos y la mayoría somos afectadas, nosotras no tenemos un teléfono público, ha habido manipulación y chismes que nos afectan. Hay dificultades para todo dentro de esta pequeña cárcel, estamos hacinadas y no hay más espacios, han requisado varias veces la cárcel y no nos han encontrado nada”, agregó Hernández.
Señaló que cada vez que hay requisas los agentes destruyen todo, dañan el techo de la vieja casa donde funciona la cárcel y luego son las reclusas con sus propios y pocos recursos las que tienen que hacer las reparaciones en el techo, el cual en su interior es cubierto con nailon porque las tejas están quebradas.