Con el paso del tiempo, los otros dos hermanos, de 7 y 13, han sido afectados por la desnutrición, porque la madre, María Hermelinda Vásquez Domínguez, 50, viuda desde hace cinco años, no tiene recursos para cuidar de ellos de una forma adecuada.
Conmovedor
El estudiante Heber Gustavo Reynoso dijo que descubrieron a esta familia cuando hacían una investigación para el curso de psicopedagogía. La historia de los hermanos los conmovió, y como no reciben ayuda de ninguna institución, decidieron hacer algo por ellos.
Reynoso agregó que entregaron sopas instantáneas, pañales desechables, ropa, granos básicos, entre otros productos, y una suma de dinero que no se dio a conocer.
Otra de las dificultades que afronta la familia es que la madre de los menores sufre de convulsiones y tiene que tomar medicamentos, pero en muchas ocasiones no tiene dinero para comprarlos.
“Hoy me llegó esta ayuda; es una gran bendición porque no tenía nada para comer, tampoco medicina. Algunos vecinos me ayudan al traerme ropa para lavar, pero con lo que me pagan no puedo hacer mucho; el frasco de medicina cuesta Q150 y me tarda 17 días. Agradezco mucho a estos jóvenes de la universidad”, dijo Vásquez.
Expuso que ha intentado ser incluida en el programa Mi Familia Progresa, pero no la han recibido porque las personas que lo tienen a su cargo inscriben a la gente que ellos quieren.
Piden ayuda
Los estudiantes del Cunsurori hicieron un llamado a las personas o instituciones que tengan en sus posibilidades ayudar a los hermanos, para que superen la crisis en la que se encuentran.
Para contactar a la familia se puede acudir al Consurori, que funciona en la Escuela Oficial Urbana de Mataquescuintla, a un costado de la casa parroquial, frente al mercado municipal.