Trabajadores de los diferentes comercios instalados en el campo de la feria, indicaron que a la víctima solo la conocían por su primer nombre y que les ayudaba a realizar conexiones eléctricas para los juegos mecánicos.
Los agentes localizaron un rastro de sangre que inicia en una casa donde venden licor clandestino, por lo que deducen que en ese punto los atacantes le dieron alcance y le causaron heridas en el cráneo y el rostro con un machete.