Dentro de las evidencias también se encontró 23 teléfonos celulares que fueron decomisados.
Según versiones extraoficiales, con los teléfonos celulares los agentes ofrecían el servicio de llamadas telefónicas a los reclusos, y se investiga si estas eran para extorsionar; además, se presume que los uniformados llamaban a los familiares de algunos reclusos a quienes chantajeaban para obtener dinero.
Se desconoce si las autoridades detuvieron y consignaron a tribunales a los agentes involucrados.