Según la hipótesis del doble crimen, delincuentes operan en dicho sector asaltando a quienes transitan por el lugar, debido a que la zona es muy desolada y solamente hay baldíos.
Los dos hombres viajaban en un picop negro, y se dirigían a una finca en el Cantón Lomitas a tomar medidas de unas puertas corredizas de vidrio, para realizar el presupuesto del trabajo. Padilla era propietario de una vidriería en el barrio El Cóndor, zona 3 de la ciudad de Jutiapa.
Unos finqueros que retornaban de sus propiedades se sorprendieron al observar un picop a media calle con el motor encendido, y a dos metros de distancia en una cuneta estaban los dos cadáveres.