Los vecinos afectados relatan que temen morir y que por eso prefieren dormir a la intemperie, puesto que al menos 38 casas registran severos daños a causa de los temblores.
Anoche, Conred contabilizaba oficialmente 28, pero en San Miguel, en donde Noticiero Guatevisión y Prensa Libre hicieron un recorrido, había otras 10 aún no contabilizadas por la institución
Comapa, Jutiapa, ubicado a 130 kilómetros de la capital, se ha convertido en uno de los municipios más afectados por un enjambre sísmico que desde el 15 de enero ha dejado más de 143 réplicas (hasta las 15 horas del 16 de enero), algunas sensibles y que han causado severos dañas a varias viviendas.
A escasos metros del casco central de Comapa está el barrio Los Claveles, dónde hay viviendas con grietas y cuyos habitantes han tenido que buscar donde dormir, cómo lo hace Jessica Martínez, madre de dos niñas y quien asegura que los temblores han sido fuertes.
Martínez asegura que tienen miedo de que una pared los aplaste, pues su casa está a punto de caer a causas de las grietas. “Se siente que se van a despegar las paredes”, agregó.
“Han sido fuertes y da miedo. Hay otros lugares que sí se han caído casas, pero gracias a Dios aquí no, pero si estamos al pendiente porque se puedan caer las casas”, añadió la mujer, quien también dijo que no duerme para estar alerta y proteger a sus hijos.
“Casi no hemos dormido, hemos pasado en vela porque se mueve todo, se siente como que da vuelta todo y como que se van a despegar las paredes, da bastante miedo, pero primero Dios que no pase a más”, dijo Martínez.
En tanto, Ramiro Chávez, vecino afectado de la comunidad San Miguel, Comapa, Jutiapa, dijo que “ya no hay seguridad, ya no hay confianza de vivir aquí en la aldea, es peligroso porque hay riesgo porque hasta morirse puede uno, necesitamos que alguna institución no ayude”.
Agregó que “anoche estuvimos durmiendo afuera porque tememos que una pared nos caiga encima y nos pueda matar”.
También dijo que las autoridades no han llegado a la comunidad para evaluar los daños causados por los sismos.
“Necesitamos que las autoridades se acerquen para evaluar los daños. Casi todas las comunidades tienen temor”, señaló.
En tanto, Esperanza Martínez, residente de la comunidad San Miguel, señaló que desde el pasado domingo viven con miedo, porque las réplicas han sido constantes.
Por lo anterior, asegura que prefieren dormir en el patio mientras llegan las autoridades con ayuda. “Tenemos miedo de morir aplastados”, refirió.