Las fotografías muestran como el jaguar sale de un área boscosa y cruza la calle sin demostrar temor a los vehículos.
Vecinos y turistas mostraron su preocupación por los riesgos que corre el animal al transitar por zonas pobladas. También existe el temor de que el felino pueda atacar a alguna persona.
Otro caso
Un jaguar de aproximadamente dos años fue atacado a balazos en San Luis, Petén, el pasado 27 de octubre. Activistas que trabajan para conservar la fauna intentaron salvar la vida del felino, pero fue imposible, y murió por la gravedad de las heridas.
La noticia fue difundida por la organización guatemalteca Arcas, que tiene albergues para especímenes en riesgo.
Según el director de la entidad, Fernando Martínez, es el primer caso que se registra de manera formal; sin embargo, aseguró que este tipo de cacería es constante en la región.
Martínez explicó que la tala inmoderada para adecuar terreno para la crianza de ganado acaba con el hábitat de esta especie, considerada en grave peligro de extinción.
El entrevistado dijo que otra amenaza para este felino es la industria ganadera, pues por su naturaleza, los jaguares atacan a bovinos jóvenes para comer.
Martínez agregó que ante esa situación, quienes se dedican a la ganadería optan por contratar a personal para cazarlos, pese a la veda establecida en ley.
El jaguar caza en un lugar y tras comer parte de su presa huye. Posteriormente, regresa, momento que es aprovechado para eliminarlo.
El Consejo Nacional de Áreas Protegidas (Conap) colocó el caso en su sitio electrónico, y detalla que la población de jaguares en el país es de 1.5 por cada cien kilómetros cuadrados.