La fémina denunció a Santizo el 8 de abril del 2011, al ya no soportar más el maltrato del cual era objeto constantemente.
Zapeta relató que su exconviviente le rayaba las piernas con un cuchillo, por lo cual tiene ambas piernas con cicatrices, y en una de ellas la marcó una J, la inicial del nombre del victimario.
En otras ocasiones el hombre la golpeó con una palo de escobar, y en la última golpiza la mujer se quejó con sus padres debido a que ya no sintió el movimiento del bebé. Al acudir a una clínica médica le indicaron que la bebé estaba muerta.