Jorge Chávez, vecino, dijo que en el 2012 se pidió apoyo para que maquinaria dragara la zona e hiciera la bocabarra en un área más alejada a la población, pero esta solo trabajó 15 días por falta de combustible.
Calvario
Audelia López, residente afectada, expresó que su vivienda fue destruida por el oleaje y que su pozo también fue afectado, por lo que tuvo que salir de la comunidad y no tiene dinero para comprar terreno en otro sitio.
“Algunos afectados por la bocabarra se fueron a vivir a Petén; otros, a la aldea El Retiro, Retalhuleu, o han pedido albergue en esa misma aldea, pero siempre con el temor de lo que pueda pasar con el agua si continúa de esta forma” expresó López.
Olga Zacarías, presidenta del Consejo Comunitario de Desarrollo de El Chico, afirmó que la comunidad es una isla y que en el norte y sur la marea ha socavado el terreno, lo que pone en peligro a la población.
Zacarías recordó que hace unos seis años ocurrió algo similar en La Barrita, ubicada a unos tres kilómetros del lugar, y en esa ocasión el agua destruyó 150 casas.
Víctor Quintanilla, de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres, afirmó que la comunidad está en riesgo de desaparecer si el comportamiento del agua continúa de esa manera.
“Nos estamos organizando con el gobernador Mynor Cordón para visitar la comunidad, ver cómo está la situación y solicitar maquinaria para que trabaje en el lugar”, agregó Quintanilla.