La directora del instituto, Cristina Espada, dice que ahora que se reanudaron las clases notaron que ya no hay puente en un lugar donde siempre los alumnos acortaban la distancia para llegar a tiempo a las clases.
“Solo hay hierros ahora y una baranda”, aseguró.
La directora del Instituto Telesecundaria Pajales Central en San Villa Seca, aseguró que la presencialidad en la educación los hizo ver la importancia de un puente que les acorta el camino a los más de la mitad de los 170 alumnos matriculados.
“Son dos sectores. Más de la mitad de los alumnos usa ese puente. Para más de la mitad de los alumnos vive en un sector del cantón Pajales y donde caminan más para llegar al establecimiento.
La maestra explicó que ese puente salva el paso en un barranco que divide en el cantón Pajales del sus pares Pajales anexo 1 y 2.
“Cuando los niños usan ese puente para llegar a tiempo a la escuela, les lleva media hora”, argumentó Espada.
“El extravío es vital. Para ellos es importante. Para los alumnos resulta útil este puente y por eso ahora lo cruzan arriesgando su integridad”, refirió la directora.
El Instituto es mixto, y hay adolescentes entre lo 13 y 17 años. Eso le complica a la directora porque, aunque les hacen la recomendación que no se arriesgan por llegar más temprano, insisten en hacerlo.
“Hasta ahora no ha habido ningún accidente, gracias a Dios, pero tenemos temor que pueda ocurrir en algún momento”, relató.
Según Espada los niños les justifican usarlo porque evitan estar por más de media hora bajo un sol abrazante que no es bueno para ellos. Por eso acortan media hora de recorrido al usar ese oxidado y destruido, ahora, puente en el extravío.
Si las personas usan el camino normal, se hacen al menos una hora para llegar al instituto. De hecho, por esa lejanía este el establecimiento de telesecundaria cambió su horario. Este tipo de centros educativos labora en horario vespertino.
Sin embargo, las autoridades educativas aprobaron el cambio de horario de 7:30 a 12:30 horas porque consideraron que no era seguro para los alumnos hacerlo por la tarde.
El tramo que deben caminar para la escuela no tiene suficiente iluminación, es desolado y eso lo hace inseguro, según los padres de familia y docentes.
Espada indica que ella documentó la situación porque consideró que no es justo que niños, y adolescentes, tengan que arriesgar la vida por ir a la escuela.
Lo que deseamos, aseveró, es que las autoridades les ayuden para mejorar ese pequeño puente. “Tenemos muchas carencias; sin embargo, hacemos el esfuerzo de que los alumnos asistan a un lugar adecuado para estudiar”, explicó Espada.
“Necesitamos resguardar la integridad e jóvenes que quieren asistir a educarse”, refirió.
Los docentes de esa escuela, que pasan por ese problema, esperan que alguna autoridad atienda su solicitud para reparar ese pequeño puente que resuelve los problemas de más de un centenar de jóvenes guatemaltecos.
Otros problemas en otras escuelas
En este ciclo escolar los padres de familia y algunos docenes de un centenar de escuelas de Suchitepéquez y Retalhuleu han protestado por la falta de espacios en los edificios escolares y también porque no hay escritorios.
Por ejemplo, ese mismo 8 de marzo padres de familia y maestros mostraron como reciben clases unos 33 niños de primero primaria.
Los 33 niños son de la escuela de Colonia San Andrés en Mazatenango. Ellos reciben clases bajo un árbol de almendro debido a que no cuentan con una aula.
El pasado 9 de marzo, un día después de lo de Mazatenango, hubo una protesta en el puente Castillo Armas, sobre la ruta CA-2 Occidente, en jurisdicción de Retalhuleu, rumbo la frontera con México.
Padres de familia de las escuelas primarias que están cantones Pajales Centro y Anexos 1 y 2 protestaron y exigieron mobiliario e infraestructura en las escuelas públicas.
Desde horas de la madrugada los padres de familia bloquearon y exigieron la presencia de autoridades educativas y municipales para resolver los problemas que pasan en las escuelas públicas de educación en aquellos cantones del municipio de San Andrés Villa Seca.
Y justo en lo que los papás de cientos de niños detenían el paso en El Zarco, se acercaba un vehículo en el que venía la directora del Instituto de ese municipio.
La profesora Espada recuerda que ese 8 de marzo viajaban hacia el Instituto, pero antes de ello había decidido entregar una solicitud de apoyo a las autoridades municipales y educativas. No lo lograron por el bloqueo.
