El piloto recuerda que en esa ocasión uno de los ladrones le hizo el alto con un arma de fuego, por lo que detuvo el mototaxi; cuando este abordó le preguntó a dónde lo llevaba, pero solamente le contestó que siguiera.
“Mi vehículo fue alcanzado por los agentes de la PNC, y en un cruce de disparos recibí un balazo en la columna; también me perforó un pulmón. Esta situación causó que mis piernas quedaran inmóviles”, indicó Oliva.
“Solo recuerdo que muchas personas me decían que no me muriera, que aguantara porque ya habían llamado a los Bomberos Voluntarios”, refirió el conductor.
“En un instante que abrí mis ojos, vi al delincuente tirado a un costado del mototaxi, pero luego me desmayé. Cuando desperté, al día siguiente, me di cuenta de que estaba en el Hospital Nacional de Retalhuleu”, agregó.
“Al poco tiempo me di cuenta de que el haber quedado inmovilizado de las extremidades inferiores no tenía que ser obstáculo para continuar trabajando para mi familia. Luego de que recibí fisioterapia, me dedico a la elaboración de piñatas”, manifestó.
“Gracias a Dios, cuando tenía 10 años, mi madre me enseñó a elaborar piñatas. Ella se dedicó a eso por mucho tiempo, para agenciarse de fondos y sacar adelante a la familia”, explicó Oliva.