“Semana Santa es la temporada más fuerte de trabajo, las personas hacen encargos de túnicas bordadas y algunas figuras, cada una tiene algo especial para los feligreses católicos”, comentó el sastre.
Batres lleva más de seis años de dedicarse a esa actividad y explica que la vestimenta para Viernes Santo es la más solicitada.
“El traje para cargar a la imagen del Santo Entierro, cuya túnica completa consiste en el capirote, la esclavina y el cinturón, es el más pedido por los clientes”, agregó.
Para este 2016 la demanda de trajes bajó, en comparación de años anteriores. “Es la misma economía del país que afecta la falta de trabajo, ya que los pobladores no tienen con qué mandar a hacer sus túnicas”, expresó Batres.
Todos los años el sastre se prepara con un mes de anticipación a la Semana Santa para evitar contratiempos, ya que la tela es comprada en Quetzaltenango.
Para la elaboración utiliza cinco yardas de lino, y en un día hace de dos a tres trajes, dependiendo de los detalles que puedan llevar. El costo oscila entre Q75 y Q150.
Masiva afluencia
En los diferentes cortejos procesionales que recorren las calles de Reu participan unos dos mil cucuruchos, y durante la Semana Santa se pueden apreciar túnicas blancas, moradas y negras.
Óscar Fuentes, cucurucho, comentó que las túnicas se mandan a elaborar con un mes de anticipación y representan fervor. “Es algo especial; después de cargar, muchas personas las guardan como un recuerdo de la Cuaresma”.