El descenso de la temperatura en forma repetitiva en las partes altas de las cuencas de los ríos Naranjo y Suchiate, repercutirán, dijo, en la salud humana, en la biodiversidad, en la cadena trófica de los ecosistemas y especialmente en la périda de cultivos del altiplano (hortalizas) lo que evidencia la reducción del producto interno bruto del país, que se sumará a las pérdidas ocasionadas por la depresión tropical E-12.
La presencia de frentes fríos repetitivos, explicó, ponen en riesgo la seguridad alimentaria de la población rural y la reducción de su economía familiar por la escasez de la producción agrícola, aviar y pecuaria (especies menores).
Es conveniente, llamó la atención, de tomar acciones de adaptabilidad al cambio climático, lo que obliga a cambios en prácticas culturales de la agricultura tradicional, así como riego por aspersión en las madrugadas, cambio de áreas de cultivo, plantación de cultivos mas resistentes a heladas, así como la recuperación de materiales fitogenéticos nativos que son mas resistentes y adaptándose a frios extremos , sequías y calor extremo en su temporada.