“Estoy triste porque toda mi vida he trabajado en el apiario y en un instante lo perdí todo… Cada colmena está valorada entre Q300 y Q600, más los gastos de alimentación, medicamentos, desparasitantes, veneno para los depredadores; es una inversión de unos Q8 mil por año”, detalló.
El apicultor agregó que le será muy difícil iniciar otra vez el negocio, porque necesita mucho dinero, y que pasarían tres años para lograr recuperar lo que perdió.
“Algunos amigos me han dicho que las abejas se pudieron haber contagiado con alguna bacteria, pero yo más pienso que fue por el intenso frío y la humedad”, dijo.
La miel que producía estaba clasificada en 3 puntos, por mejor olor, color y sabor, que son las características para que pueda ser exportada, afirmó Del Cid.
Jorge García, delegado del Ministerio de Agricultura, Ganadedía y Alimentación en Santa Rosa, indicó que las bajas temperaturas, los virus y la falta de alimento pueden matar a las abejas.
“En esta época de lluvia muchas flores se caen; a esto se suma la deforestación de los bosques, la limpia de terrenos por siembra de maíz, café, caña, entre otros cultivos, lo que hace que escasee aún más su nutrición, y por eso se necesita que el productor las alimente constantemente para que sobrevivan”, explicó.
Fernando Soto, de la Asociación de Apicultores de Santa Rosa, argumentó que esta pérdida de abejas, que se suma a otros casos de muerte de este tipo de insectos, ha dejado miles de quetzales en pérdidas en la apicultura.