Antonio Cales, comerciante informal del sector conocido como Cinco Calles, contó que cada vez que llueve fuerte deben retirarse, pues el agua se empoza e impide el tránsito peatonal, y vehículos salpican la mercadería.
Óscar Pascual, comerciante del mismo sector, el cual está en la salida a Nueva Santa Rosa, relató que las correntadas inundan negocios y se mete en locales. “Es obvio que las alcantarillas no son suficientes, pues una buena canalización evitaría los anegamientos”, resaltó.
Vecinos comentaron que la ciudad crece y los anegamientos también, pues la Municipalidad no se preocupa por hacer más eficiente el servicio, y así como está en la actualidad corre riesgo el peatón, en especial los niños y adultos mayores.
Arturo Lanuza, síndico primero, manifestó que ya se han hecho trabajos de mejoramiento de los tragantes y que se les está dando mantenimiento cada ciertos días, pero el problema persiste.
Lanuza culpa a los pobladores de las anegaciones, pues votan basura en las arterias, la cual es arrastrada por el agua y tapa las alcantarillas.
El funcionario comentó que Barberena no es el único municipio en el que las calles se anegan, ya que muchos otros afrontan el mismo problema.