Los transportistas comentaron que ellos y los pilotos están amenazados de muerte por bandas de extorsionistas que operan en las zonas 4, 9 y 10 de la capital, quienes les advierten de que matarán a los conductores si no les entregan el dinero exigido.
Explicaron que ahora pagan Q2 mil semanales por cada bus, y los extorsionistas les están pidiendo Q4 mil semanales, cantidad que no pueden darles.
Un piloto que por seguridad no se identificó informó que conductores y ayudantes de las empresas Ostúa, Ximena, Princesa y Jenifer acordaron no trabajar ayer porque temen que los maten.
Añadió que la cantidad que les exigen los pandilleros es excesiva y no pueden reunirla, pues tienen que entregarles dinero a tres grupos delincuenciales, y hace unas semana se sumo otra pandilla que también les empezó a exigir dinero.
“Cada ciertos días, cuando salimos de la terminal de la zona 4 de la capital, se sube un pandillero y nos entrega un —teléfono— celular, al que van a llamar para cobrarnos. A veces, cada 15 días o cada mes nos cambian teléfono y tenemos obligación de responder, pues de lo contrario nos matan”, comentó otro conductor.
En bancos
Pilotos y ayudantes aseguraron que el dinero lo tienen que depositar en cuentas bancarias que les proporcionan los pandilleros, y que luego de unas horas estos llaman por teléfono para pedir el número de la boleta de depósito, con lo que comprueban si la transacción fue hecha.
Según dijeron, en muchas ocasiones han denunciado las extorsiones, pero las autoridades no han hecho nada al respecto.
Salvador García, jefe de la Policía Nacional Civil, indicó que las extorsiones ocurren en la capital, por lo que están coordinando seguridad en la ruta a El Salvador, a fin de evitar este tipo de hechos.
Calvario para viajar
Juan José Melgar, vecino de Cuilapa, comentó que todos los días sale de su casa a las 4.30 horas para dirigirse a la capital.
Refirió que lo más que ha esperado para abordar una unidad son 10 minutos, pero esta vez dieron las 6.30 horas y no pasó ni una, por lo que tuvo que pedirle a un vecino que le diera jalón.
Óscar Véliz, también residente de Cuilapa, dijo que luego de dos horas sin encontrar cómo trasladarse a la capital, llamó a su jefe para contarle la situación y pedirle permiso para llegar tarde.
Mario Fajardo, otro vecino del lugar, dijo que no se ha anunciado si el paro continuará hoy, pero si la situación persiste muchos empleados corren el riesgo de ser despedidos por llegar tarde al trabajo.
Los afectados pidieron a las autoridades que les den seguridad a pilotos y ayudantes, a fin de que se eviten nuevos paros.
DATO
42 autobuses, de cuatro empresas, se quedaron guardados ayer, por el paro.