Vidalia Villalobos, presidenta del Consejo Comunitario de Desarrollo, explicó que prácticamente viven aislados porque la comunidad está muy lejos del área urbana.
Refirió que la población se abastece de agua en el río Los Esclavos y en los dos nacimientos de agua que hay en la comunidad, que en verano se secan.
Villalobos expresó que para obtener un poco de líquido deben caminar al menos dos kilómetros y madrugar, pues desde la 1 de la mañana hay personas que llenan recipientes.
Enfermedades
El consumo y contacto con esta agua de manantiales y del afluente ha causado que a los niños les salgan erupciones en la piel, pues muchos animales beben en esos lugares.
La vecina María Alicia Hernández aseguró que a su hija Dilia García, de 8 años, le aparecieron unas manchas en la cara un día después de haberse bañado en el manantial, y que a los pocos días se le extendieron, por lo que la llevó al médico, quien le dijo que era un hongo que debía quitarse en unos días, pero ya pasaron más de 15 y no mejora.
Fernanda Hernández, ama de casa, expuso que sus nietos padecen de diarrea por estar en contacto con agua contaminada.
Agregó que desde hace cuatro años nadie del Área de Salud los visita, por lo que cuando alguien se enferma tienen que caminar 12 kilómetros para llegar al Centro de Salud del municipio.
Hernández refirió que otra opción es contratar un vehículo de doble tracción, que son los únicos que pueden ingresar en la comunidad, debido al mal estado de la carretera.
Matilde Torres Hernández, tía de las hermanas Karina y Mayli Torres González, de 4 y 9 años, respectivamente, aseguró que las niñas tienen una enfermedad en los huesos y tienen desnutrición, pero que desde hace un mes ya no las llevó al centro de Salud porque debían caminar y a las menores se les fracturan los huesos.
Los pobladores exigen a las autoridades que al menos una vez al mes se realice una jornada médica en el lugar.
