En el momento de la visita siempre manifestaban en coro: Somos las ánimas que venimos del cielo, pidiendo limosna y si no nos dan, puertas y ventanas se quebraran.
Al finalizar su recorrido se dirigían al cementerio donde repartían los alimentos que habían recibido y se lo comían.
Últimamente esta tradición ha tenido algunos cambios, por ejemplo; los participantes ya no cargan costal, sino una alcancía o botes en forma de alcancía y solo reciben dinero en efectivo y cada uno se queda con lo que recibe. La cantidad de participantes se ha reducido.
Marcos Xalcut manifestó que aún existen varias tradiciones en Sololá, y es bueno recordarlo el día de hoy, donde las familias visitan los cementerios como parte de la tradición.