La obra tuvo un costo de Q1 millón 15 mil, aportados por la Aecid, y, según las autoridades, completará el proceso de clasificación de desechos orgánicos, inorgánicos, reciclables y no reciclables, que ya realizan los pobladores.
La planta tiene capacidad de tratar 6.3 toneladas de material orgánico, 0.74 toneladas de material reciclable y 2.67 de material no reciclable.
Marta Cuc, gerente de la Mancomunidad Tz’olojyá, que gestionó el proyecto, dijo que el costo de operación de la planta es de Q13 mil mensuales, pero con la venta de productos reciclables y elaboración de abono orgánico han logrado tener Q3 mil de ganancia, lo que lo hace un proyecto sostenible.
El embajador español, Manuel Lejarreta Lobo, quien asistió a la inauguración de la planta, indicó que se firmó un acuerdo de cooperación para los próximos cinco años, a fin de apoyar a Sololá en proyectos ambientales, de agua, saneamiento y ayuda a la economía rural.