En su interior hay caminamientos para que los visitantes puedan observar de cerca a las mariposas que ahí se encuentran.
También se ha jardinizado con flores con miel y arbustos cuyas hojas son alimentos preferidos por las mariposas. Cuando no es temporada de que florezcan las plantas, se colocan recipientes con azúcar natural para que les sirva de alimento.
El mariposario cuenta con un laboratorio en donde, además de manipular las diferentes fases de la metamorfosis de las mariposas —huevo, oruga, crisálida e imago—, se trabaja en una investigación biológica sobre las especies de estos insectos.
Las nuevas instalaciones del mariposario, la zoocrianza y el laboratorio para el manejo controlado de las mariposas en exposición están biológicamente aisladas por una membrana de microporos, para evitar la entrada a depredadores.
Carlos García, técnico del laboratorio, indicó que las condiciones de reproducción desde los huevos hasta el primer aleteo de las mariposas llevan un rigoroso proceso, que se lleva a cabo con la mejor asesoría científica.
Cifra
800 mariposas, con libertad de vuelo, pueden ser alojadas en el domo.