El comerciante Pedro Yaxón Samines, esposo de María Chipín, recuerda que su hijo era un joven alegre, entusiasta e inquieto.
No le conocían vicios y se llevaba bien con familiares y vecinos, con quienes jugaba papifutbol por las tardes.
Yaxón Samines relató que su hijo solamente estudió hasta el quinto grado de Perito Contador, pero quería ser enfermero profesional.
Como quería ayudar en la economía familiar, este año solicitó un préstamo a una cooperativa y compró un automóvil, con el que empezó a dar servicios de taxi.
Siempre llegaba temprano a la casa, pero el 23, María Chipín recibió una llamada, en la que Luis le dijo que iba a pasar a donde unos amigos antes de regresar; sin embargo, nunca volvió.
Lo llamaron más tarde y no contestó. A eso de las 23 horas recibieron una llamada, en la que les exigían Q300 mil para dejarlo libre, pero la familia no tenía esa cantidad. Las llamadas continuaron, mañana y tarde, hasta el 27 de junio.
Entonces, vecinos, autoridades civiles e indígenas organizaron búsquedas hasta que fue encontrado el cadáver en un barranco, el 7 de julio.
María Chipín pide a las autoridades que detengan a los responsables. Líderes y autoridades indígenas se unen a la solicitud de la familia de la víctima, pues están preocupados por el resurgimiento de la violencia en ese departamento.