Guatemala

Crimen deja dolor y luto en familia

"Los momentos de angustia que hemos vivido no se los deseo a nadie", dijo,  dolida, María Chipín Coroxón, madre de Pedro Luis Yaxón Chipín, de 18 años,  secuestrado el   23 de junio recién pasado y cuyo cadáver apareció el 7 de julio,  en un barranco de unos 30 metros de profundidad, entre San José Chacayá y Santa Cruz La Laguna, Sololá.

María Chipín Coroxón sostiene la fotografía de su hijo Luis, quien fue muerto por secuestradores. La acompañan Edy Rigoberto (hermano de la víctima), Pedro  Yaxón (padre) y José Francisco (hermano). (Foto Prensa Libre: Édgar Sáenz)

María Chipín Coroxón sostiene la fotografía de su hijo Luis, quien fue muerto por secuestradores. La acompañan Edy Rigoberto (hermano de la víctima), Pedro  Yaxón (padre) y José Francisco (hermano). (Foto Prensa Libre: Édgar Sáenz)

SOLOLÁ – María Chipín, quien vive en  La Merced, en la cabecera, aún no cree lo que le sucedió al más pequeño de sus cuatro hijos.

El comerciante Pedro Yaxón Samines, esposo de María Chipín, recuerda que su hijo era un joven alegre, entusiasta e inquieto.

No le conocían vicios y se llevaba bien con familiares y vecinos, con quienes jugaba papifutbol por las tardes.

Yaxón Samines relató que su hijo solamente estudió hasta el quinto grado de  Perito Contador, pero  quería ser enfermero profesional.

Como quería ayudar en la economía familiar,  este año solicitó un préstamo a una cooperativa y compró un automóvil, con el que  empezó a dar servicios de taxi.
 
Siempre llegaba temprano a la casa, pero el 23, María Chipín recibió una llamada, en la que Luis le dijo que iba a pasar a donde unos amigos antes de regresar; sin embargo, nunca volvió.

Lo llamaron más tarde y no contestó. A eso  de las 23 horas recibieron una llamada, en la  que les exigían Q300 mil para dejarlo libre, pero la familia no tenía esa cantidad. Las llamadas continuaron, mañana y tarde, hasta el 27 de junio.
 
Entonces, vecinos, autoridades civiles e indígenas organizaron búsquedas hasta  que fue encontrado el cadáver en un barranco, el 7 de julio.

María Chipín  pide a las autoridades que detengan a los responsables. Líderes y autoridades indígenas se unen a la solicitud de la familia de la víctima, pues están preocupados por el resurgimiento de la violencia en ese departamento.

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