En una segunda fase, el programa incluye visitas a las viviendas y motivan a los pobladores a cultivar plantas medicinales en su huerto, y si en su familia hay curanderos, terapeutas o religiosos, les piden apoyo.
En la tercera fase se coordina con comadronas y terapeutas para prestar ayuda a pacientes que requieran servicios en cualquiera de los nueve puestos de Salud o al Centro de Atención Permanente (CAT) que integran el programa en esa aldea. También, si es necesario, los llevan a hospitales.
Este modelo incluyente ha fortalecido la prestación del servicio por parte del Instituto de Salud Incluyente (ISI) del Ministerio de Salud. El programa se llama “Implementación de un sistema de atención primaria en salud de primer nivel”, y cuenta con el apoyo de la oenegé española Medicis Mundi.
Acercamiento
La enfermera Silvia Rodríguez indicó que este modelo ha permitido tener acercamiento con las comunidades y un mejor control de la salud de los pobladores.
Resaltó que el Ministerio de Salud no aplica el intercambio intercultural en todas sus unidades, por lo que sus programas son disfuncionales.
Lorenzo Osorio, alcalde auxiliar del caserío Patzité, contó que antes solo había puesto de Salud en Guineales, pero ahora funciona uno en su comunidad.
El técnico en salud, Rural Manuel Carac, contó que ahora las comunidades participan y toman acciones en la prevención de enfermedades.
Juan Carlos Verdugo, director del ISI, refirió: “Nos dimos a la tarea de formar este modelo y lo sistematizamos. Hay dos programas pilotos: en Guineales y en San Juan Ostuncalco, Quetzaltenango”.