Durante el invierno actual, a los pobladores les preocupa que suceda algún deslave.
El síndico Santos Sajvín expuso que no se tiene un terreno municipal a donde se pueda trasladar a las personas afectadas.
Recordó que no son los únicos pobladores en riesgo, ya que el municipio es pequeño y está situado en una ladera, por lo que existen varias áreas vulnerables.
Sajvín agregó que la comuna ha tratado de velar por las familias. “Dragamos el área, para evitar que las correntadas que bajan por el cerro San Antonio, y con los comités comunitarios de Desarrollo buscamos impedir otra tragedia”, indicó.
Francisco Xajil García, del comité de emergencia comunitario, dijo que según un informe, las familias afectadas no han recibido apoyo para la reconstrucción de sus viviendas.
Unos 350 estudiantes reciben clases en una edificio de la parroquia del lugar —en construcción—, ya que la Escuela Nacional del Barrio Payalquej quedó destruida.
El vecino Miguel Pérez dijo que al principio las autoridades ayudaron a los damnificados con alimentos, medicinas y láminas, pero solo fue para salir del paso.
María Levón, madre de familia, relató que le prometieron ayuda para reconstruir su casa, y no lo han hecho.
Santos Pérez, del Consejo Comunitario de Desarrollo, dijo que es difícil superar la tragedia. “Hacemos un llamado a las autoridades para que nos apoyen con un plan de reordenamiento, para evitar otro desastre”, instó.
Cristian Rodríguez, delegado de la Conred, manifestó que el lugar fue declarado inhabitable, pero mucha gente no acata la recomendación.
La gobernadora, Elena Yojcom, expuso que el Centro de Operaciones para Emergencias priorizó la reubicación de los pobladores, pero el trámite ha sido lento, porque autoridades comunitarias y municipales no agilizan la búsqueda de un terreno apropiado para trasladar a quienes viven en el área en riesgo.