Explicaron que las personas arriesgaban su vida a diario, pues tenían que bajar por las laderas y luego subir con recipientes llenos de agua.
Residentes indicaron que en el área había una red de distribución, pero es obsoleta y debido al crecimiento poblacional el líquido no llegaba a la comunidad.
“Hace muchos años que añorábamos este proyecto; finalmente se logró”, señaló la vecina Vilma Pérez.
Rubén Soto, líder de la comunidad, puntualizó que al menos 205 familias son las beneficiadas con el servicio, y ahora todas cuentan con título de propiedad de una paja de agua.
El alcalde, Danilo Madrazo, manifestó que hace dos años se había perforado un pozo y construido un tanque elevado, pero faltaba la bomba eléctrica, por lo que se invirtieron Q250 mil para llevar el agua a esa comunidad.